Enfoques de medición
Cómo utilizar las medidas del la MEIS de manera efectiva
La MEIS requiere datos primarios para la observación de una especie indicadora. Los datos primarios que califican bajo esta metodología deben incluir un geocódigo y una marca de fecha y hora.
Las técnicas de monitoreo que no son capaces de proporcionar una ubicación precisa para una especie mediante triangulación o captura directa (por ejemplo, eDNA que podría generarse en cualquier lugar a lo largo de una cuenca, grabaciones de audio no trianguladas) quedan excluidas de esta metodología. También se excluyen las técnicas de identificación que sean incompletas o inexactas (por ejemplo, ADN no caracterizado). Sin embargo, algunos enfoques experimentales como el dron infrarrojo pueden resultar válidos y útiles, y no excluimos el uso de técnicas que cumplan con los requisitos técnicos.
Las observaciones directas (como cámaras de video) y las indirectas (como el ADN ambiental obtenido de heces de monos) son admisibles en esta metodología, siempre que la especie que se está rastreando pueda ser geolocalizada mediante la observación indirecta. Por ejemplo, las heces de un mono araña con un área de distribución de 64 km no podrían geolocalizar con suficiente precisión un árbol cuyo fruto se encontró en las heces, a menos que el área de acreditación se extendiera más de 4 km en todas las direcciones desde el punto de observación. Sin embargo, sí podrían geolocalizar con precisión la presencia del mono araña.
Los datos sin procesar requerirán cierto posprocesamiento con la identificación de especies indicadoras dentro de la observación. Y pueden necesitar procesamientos adicionales, como el etiquetado automático de grabaciones o la triangulación del sonar.
Las observaciones deben incluir:
Evidencia primaria, única y verificable de la presencia de la especie individual, obtenida mediante el uso de equipos apropiados para el tipo particular de planta o animal. Toda la evidencia debe ser recolectada de primera mano por los participantes del proyecto, o en sitios vecinos dentro de los límites espaciales y temporales del proyecto (Límites del proyecto), y no puede ser extrapolada a partir de fuentes no afiliadas de segunda o tercera mano.
Georreferenciación y marcado temporal de la evidencia. En áreas donde la georreferenciación y el marcado temporal son técnicamente imposibles o financieramente inviables para el proyecto, participantes de confianza o guardianes de la biodiversidad pueden proporcionar una notarización escrita del tiempo y la ubicación de la observación.
Identificación de especies. Idealmente, verificada por un tercero, como iNaturalist.
El equipo seleccionado para recopilar evidencia es determinado por el propio proyecto. Por ejemplo, en áreas selváticas, las cámaras trampa pueden ser el único medio viable sin perturbar el entorno, y la alta humedad podría limitar el uso de dispositivos de grabación de audio. En el océano, los dispositivos de grabación de sonido pueden ser más prácticos para detectar ballenas. En parques gestionados por el estado, los animales pueden estar etiquetados. La MEIS recomienda que cada proyecto elija la tecnología que sea menos disruptiva para la vida silvestre en sus áreas de proyecto.
Es importante y relevante señalar que esta metodología se ha democratizado mediante la dependencia de datos primarios. En este contexto, los datos sin procesar deben ser únicos, de alta calidad y representar con precisión el PCB.
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